Materiales de relleno
Actualmente existen productos reabsorbibles y no reabsorbibles de muy buena calidad para disminuir la profundidad y forma de las arrugas faciales.
Son especialmente típicas las arrugas que se forman con el paso del tiempo y por la hipergesticulación de los músculos faciales:
- Surcos nasogenianos: son las arrugas profundas que se dirigen desde el ala nasal hacia el vértice del labio superior.
- Surcos de marioneta: desde el vértice del labio inferior hacia abajo, hacia el mentón.
- Código de barras: Arrugas finas que se forman alrededor de los labios, principalmente del labio superior.
- Valle de lágrimas: Denominado así porque por esta arruga discurren las lágrimas desde donde nacen, en la parte interna del ojo, hacia la parte inferior y externa del pómulo. También se le llama «arruga del payaso» y es típica en personas con tristeza o estrés.
- Arrugas de las mejillas: Arrugas finas en zona de mejilla.
Los productos médicos utilizados más frecuentemente y de mayor seguridad son los reabsorbibles Ácido Hialurónico, Hidroxiapatita cálcica, Microesferas de Policaprolactona, si bien también se pueden utilizar Colágeno, la Agarosa y el Polietilenglicol, entre otros. Todos ellos son reabsorbibles, de duración temporal, con lo que se disminuyen los efectos secundarios.
Según para qué tipo de arruga, se infiltrarán hialurónicos de diferentes densidades y duración. Por ejemplo, para arrugas más profundas (surcos nasogenianos, marionetas) es preferible utilizar hialurónicos más densos y que duren más, o utilizar hidroxiapatita cálcica. Para arrugas finas (patas de gallo, peribucales) se utilizarán hialurónicos menos densos y más fluidos para evitar la aparición de bultitos.
La duración de los productos puede ser de 6 a 18 meses, dependiendo también del tipo de piel del paciente. Es típico que en pieles «maltratadas», con exceso de sol, de dermis más gruesa, los efectos sean menos duraderos por el «consumo» que hace la piel de los productos infiltrados. A pesar de que puedan durar menos, no recomendamos el uso de productos permanentes por la posibilidad de producir complicaciones y efectos indeseables a largo plazo: granulomas, deformidades por inflamación crónica, migración del producto, etc..