Conceptos básicos en resurfacing ablativo y fotorejuvenecimiento no ablativo: Las dos caras de la misma moneda Dr. Mario Trelles La introducción del resurfacing láser para tratar el daño solar y arrugas de la piel ha supuesto un avance importante para la dermatología y la cirugía estética. Hoy conocemos que el resurfacing láser es más fácil de controlar en su acción que el peeling químico y que la dermoabrasión mecánica.

En manos expertas, el láser de CO2 consigue un excelente rejuvenecimiento de la piel, renovando la epidermis y creando una dermis rica en colágeno. No obstante, el inconveniente de estos logros es que exigen una fase inicial de exudación y costras, seguida de un prolongado período de eritema, que dejan al paciente alejado de sus ocupaciones laborales y sociales.

Con la incorporación del láser de Er:YAG se pudo reducir el tiempo de eritema, debido a que produce menor daño térmico residual (DTR) pero, cuando a largo plazo se examinan los resultados conseguidos, se nota menor eficacia de este laser frente al de CO2. Sin embargo, si para efectuar el resurfacing se cambian los parámetros de emisión del láser de Er:YAG, pueden conseguirse resultados comparables a los que se obtienen con el láser de CO2. Para conseguirlo, el láser de Er:YAG deberá utilizarse primero en modo ablativo, a fin de eliminar limpiamente la epidermis y, posteriormente, programarse en parámetros no ablativos para producir un DTR de similares características a la que consigue el láser de CO2, notándose además que el período de eritema puede acortarse significativamente. Combinando los láser de CO2 y Er:YAG en un sólo sistema, puede usarse la emisión de este último para eliminar la epidermis y seguidamente, con una programación para irradiación subablativa con el láser de CO2, puede crearse un DTR suficiente para desarrollar de forma efectiva mecanismos de renovación y rejuvenecimiento de la piel.

El tratamiento no ablativo con láser para rejuvenecer la piel comenzó con la utilización de la longitud de onda 1.320 nm, correspondiente al láser de Nd:YAG. Este láser, complementado con un sistema de enfriamiento dinámico y un sensor de temperatura de la piel en tiempo real, posibilita una coordinación técnica ventajosa para evitar lesionar la epidermis, creando un DTR capaz de estimular la formación de nuevo colágeno. Pero, en ocasiones, los pacientes no muestran satisfacción con los resultados que la piel obtiene a corto plazo, a pesar de que las histologías enseñan claros efectos de estimulación del colágeno, que reorganiza su reorientación paralelamente bajo la unión dermo-epidérmica. Pero, si estos tratamientos se complementan con un programa de atención y cuidados de la epidermis, los resultados a largo plazo son mejores, consiguiéndose también la satisfacción del paciente.

El láser de 585 nm se ha unido a la lista de ofertas para tratar las arrugas sin lesionar la epidermis, debido a la acción que probablemente ejercerían mediadores del crecimiento del colágeno liberados durante la absorción de esta longitud de onda en los vasos sanguíneos. Debido a la relativa profunda absorción en la dermis de esta longitud de onda, el depósito de nuevo colágeno se realiza en un estrato profundo de la piel por lo que, en consonancia con ésta observación, la longitud de onda de 1.450 nm, producida por un diodo láser, se oferta para la formación de colágeno a nivel más superficial, ya que su penetración no es tan profunda en la dermis. Este láser de diodo precede sus disparos con un sofisticado sistema de enfriamiento dinámico producido por un spray frio que permite pasar altas energías a la dermis para conseguir un DTR que estimule la formación de colágeno.

Otra alternativa de más amplios objetivos emplea un sistema de luz intensa pulsada (IPL). Su aceptación para la práctica del resurfacing no ablativo ha sido bien recibida y en la actualidad se emplea extensamente. Gracias a los filtros de corte que incorpora este sistema, se consigue dirigir longitudes de onda de absorción más específica por los cromóforos diana sobre los que se desea actuar: hemoglobina (capilares), melanina (lesiones pigmentarias). La emisión infrarroja, que también dispara el sistema IPL se absorbe en la dermis para conseguir la formación de nuevo colágeno.

Como consecuencia, el envejecimiento que causa el sol en la piel, las arrugas, lesiones vasculares y pigmentarias, pueden resolverse ventajosa y efectivamente con el Sistema IPL. Razonablemente, hoy sabemos que para emplear los varios sistemas de tratamiento de la piel envejecida es extremadamente importante una buena selección del paciente. Cuenta, asimismo la experiencia del médico que debe fundamentarse en el conocimiento de los fenómenos de la interacción luz-tejido. En realidad, el rejuvenecimiento cutáneo ablativo y no ablativo, son diferentes modalidades terapéuticas, pero ambas, a través del DTR, buscan una acción inflamatoria que promueva rejuvenecer la piel gracias a la creación de nuevo colágeno.